domingo, 16 de agosto de 2009

Las aparencias y la popularidad

¿A qué chica no le gustaría ser muy popular, tener un montón de amigos y ser el centro de atención de todos? Probablemente a todas nos encantaría, pero ¿qué tan bueno es ser el centro de atención?

espejo

Muchas veces estas ganas de tenerlo todo y ser popular pueden hacer que la pasemos muy mal. Primero, porque esto significa que no estamos contentas con lo que tenemos y, por ende, nunca lo estaremos. Podemos llegar a pensar que no nos basta con una familia que nos quiere o una buena amiga que siempre nos acompaña, sino que necesitamos más: un novio guapo, ser la más linda del colegio, vestir a la moda, etc.

Todas estas cosas superficiales las podemos cambiar por las cosas buenas que ya tenemos, incluso nos podemos convertir en personas a las que no les importa la tranquilidad y felicidad de los demás con tal de obtener lo que queremos.

Y no sólo ésto, sino que vivimos comparándonos con otras personas todo el tiempo, envidiando lo que tienen. La coraza de orgullo y vanidad es solo un escudo para cubrirnos de nuestro mayor defecto: la falta de confianza.

Todo esto nos lleva a conventirnos en algo que no somos, todo por el afán de encajar en un grupo de “élite” y ser aceptadas y admiradas por todos.

Cuando nos pasa esto hay dos cosas que debemos recordar y tratar de poner en práctica. La primera es que las personas nos quieren por como somos de verdad, no por ser unas muñecas de torta, recuerda que nadie es perfecto. Y la segunda es que debemos tener nuestra autoestima en alto para que así nos quieran los demás. Sé que es difícil lograr queremos a nosotros mismos tal como somos, pero esta es la única forma de que los demás nos acepten tal como somos y, obviamente, esto nos hace sentir muy bien.

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